Hay más máquinas tragamonedas en los suburbios de Australia que baños públicos, cajeros automáticos o buzones de correo, según un nuevo estudio.
El estudio del Instituto Grattan concluye que los australianos pierden tres veces más dinero que los kiwis cada año en apuestas, y el doble que los adultos en Estados Unidos.
“Es hora de que nuestros políticos se enfrenten al poderoso lobby del juego y controlen la industria”, dijo el director ejecutivo del instituto, Aruna Sathanapally.
El Instituto Grattan publicó esta semana un informe sobre los daños del juego, que dice que los anuncios de juegos de azar deberían prohibirse y que se deberían establecer límites de pérdidas en las máquinas tragamonedas y las cuentas de apuestas en línea.
El grupo de expertos quiere limitar las pérdidas diarias a 100 dólares, 500 dólares al mes y 5.000 dólares al año.
Australia tiene las mayores pérdidas por juego por adulto en el mundo, con $1635 en 2022. Hong Kong ocupa el segundo lugar con $1284 y Singapur el tercero con $1180.
“Las máquinas tragamonedas son más comunes en nuestros suburbios que los buzones de correo, los cajeros automáticos o los baños públicos”, concluye el informe.
“Se concentran en nuestras comunidades más desfavorecidas y son particularmente frecuentes en Nueva Gales del Sur, que tiene casi tantas máquinas tragamonedas como el resto de Australia en conjunto”.
Aproximadamente la mitad de las pérdidas anuales de 24.000 millones de dólares en juegos de azar de Australia se producen en máquinas tragamonedas, una cuarta parte se pierde en apuestas y las loterías, los casinos y el keno se llevan el resto.
Cuanto más pobre es una zona, más probabilidades hay de que el pub local tenga máquinas tragamonedas en Nueva Gales del Sur, Queensland y Victoria, según la investigación.
Sólo Japón y la meca de los casinos, Macao, tienen más máquinas tragamonedas per cápita.
El gobierno federal está estudiando cambios para abordar la saturación de anuncios de juegos de azar, la exposición de los niños a los anuncios de juegos de azar y la promoción de juegos de azar durante los partidos deportivos.
Según se informa, el gabinete federal considerará reformas en la publicidad de los juegos de azar, que prohibirían casi inmediatamente los anuncios en línea y darían a los organismos de radiodifusión dos años para cumplir con sus contratos con las casas de apuestas.
Además de las compañías de apuestas que pagan grandes sumas por anuncios en horario de máxima audiencia y patrocinios de camisetas y estadios en la AFL y la NRL, los medios de comunicación han estado lamentando la pérdida de ingresos que les costaría un recorte en los anuncios de apuestas.
El informe del Instituto Grattan concluye que los anuncios que reemplazarían los espacios de apuestas podrían no venderse por tanto dinero, pero no crearían un agujero negro.
“Esos espacios publicitarios no se apagarían hasta quedar en negro ni se regalarían”, señala el informe.
“Aparecerían otros anunciantes que tal vez no estén dispuestos a pagar tanto, pero la diferencia sería mucho menor que el valor nominal de los ingresos por publicidad de los juegos de azar”.
La investigación también señala que los ingresos de las emisoras no disminuyeron cuando se prohibieron los anuncios de tabaco en 1976. Cuando se prohibieron los patrocinios del tabaco 20 años después, otras empresas y agencias gubernamentales ocuparon esos espacios de patrocinio.
“Las empresas de juego y los principales organismos presionan a nuestros políticos por todos los medios para proteger sus ganancias”, afirma el instituto.
“Australia debe tomar en serio la prevención de los daños causados por el juego”.