El Organismo Internacional de Energía Atómica ha expresado su “creciente preocupación” por el programa nuclear iraní debido al continuo aumento del uranio altamente enriquecido.
Las reservas de material de grado cercano a la fabricación de armas aumentaron en unos 23 kilos hasta poco menos de 165 kilos entre mayo y agosto, dijo el jefe del OIEA, Rafael Grossi, en un informe publicado el jueves.
Según los expertos, para una bomba nuclear se necesitarían unos 50 kilos de uranio enriquecido hasta el 60 por ciento de pureza.
Para poder utilizarlo en armas nucleares, habría que enriquecerlo hasta un nivel del 90 por ciento.
Irán insiste oficialmente en que no pretende tener un arsenal nuclear.
Grossi, sin embargo, ha señalado que, aparte de los estados que poseen armas nucleares, ningún otro país excepto Irán produce uranio tan altamente enriquecido.
Según un informe no público, al que tuvo acceso la agencia de noticias DPA, Irán ha puesto en funcionamiento en los últimos meses numerosas centrifugadoras adicionales de enriquecimiento de uranio en dos sitios.
Grossi también informó que Irán todavía no ha conversado con la autoridad nuclear con sede en Viena sobre cuestiones abiertas relacionadas con actividades nucleares secretas pasadas.
Desde la elección del presidente iraní Masoud Pezeshkian a principios de julio, no se han materializado conversaciones, informó Grossi.
Irán también se mantiene firme en su decisión de no permitir el ingreso al país de inspectores experimentados del OIEA.
Irán se había comprometido a restringir drásticamente su programa nuclear en un acuerdo en 2015.
A cambio, se levantarían las sanciones internacionales.
Sin embargo, el entonces presidente estadounidense Donald Trump se retiró del pacto en 2018.
A cambio, Irán reinició sus instalaciones nucleares y restringió severamente las inspecciones del OIEA.