Las reformas fiscales de Adam Bandt, al estilo de Robin Hood, son criticadas por los Verdes como un «sabotaje económico»

Los líderes empresariales y el Gobierno Federal han atacado el plan “Robin Hood” de Adam Bandt de gravar a las grandes empresas con 514.000 millones de dólares a lo largo de una década, calificando la propuesta preelectoral de “irreal” y de “sabotaje económico”.

En un discurso ante el Club Nacional de Prensa el miércoles, el líder de los Verdes reveló que el partido apoyaría al Laborismo en caso de un parlamento sin mayoría si el gobierno acepta golpear a los mineros, compañías de carbón y gas, minoristas, bancos y empresas de telecomunicaciones con el paquete propuesto de Impuesto a las Grandes Corporaciones.

El partido, que cree que tiene posibilidades de arrebatarle escaños al Partido Laborista y a la Coalición en las próximas elecciones (previstas para mayo de 2025), quiere gravar a las grandes empresas con un 40 por ciento sobre la facturación después de los primeros 100 millones de dólares.

La propuesta también incluye un nuevo impuesto al gas y al petróleo, que según el partido se implementaría a través de cambios al impuesto sobre la renta de los recursos petroleros; y se aplicaría un impuesto del 40 por ciento al carbón y otras actividades mineras, pero excluyendo el litio y el níquel.

El partido dice que la propuesta crearía una ganancia inesperada de 514 mil millones de dólares a lo largo de una década, que podría cubrir una serie de medidas relacionadas con el costo de vida, como la atención dental en Medicare.

La ministra de Finanzas, Katy Gallagher, criticó el plan como una “burbuja de pensamiento” que socavaba una política fiscal seria sin perspectivas de implementarla.

“Los Verdes tienen esta posición privilegiada, ya que pueden proponer una idea, pero nunca tienen que implementarla. Nunca tienen que analizar el sistema tributario en su conjunto, nunca tienen que preocuparse por el desempeño de la economía”, dijo el senador Gallagher.

Tania Constable, directora ejecutiva del Consejo de Minerales de Australia, calificó la propuesta de “sabotaje económico”.

“Estas ideas destructivas, que se renuevan año tras año, asestarían un golpe brutal a la posición competitiva de Australia, socavando la inversión, el empleo y el crecimiento en nuestras industrias críticas. Lo último que necesitamos es desestabilizar el sector que impulsa nuestra economía y sustenta nuestra prosperidad futura”, afirmó.

El Grupo Industrial Australiano dijo que la propuesta fiscal de los Verdes no era sólo un “populismo ingenuo”, sino un “ataque a la prosperidad de los australianos comunes que se benefician del éxito de nuestras empresas”.

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