La investigación sobre la muerte del adolescente Cleveland Dodd aún no ha terminado, pero ya ha revelado que el sistema de detención juvenil de WA ha llegado a niveles de disfunción peores de lo que incluso sus críticos más duros podrían haber temido.
Desde que el joven de 16 años se quitó la vida en su celda de la Unidad 18 en octubre (la primera muerte registrada de un niño bajo detención en WA), el gobierno estatal se ha mantenido firme en su mensaje de que la instalación es necesaria para los jóvenes delincuentes más peligrosos e incontrolables.
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